¡Hola!
Hace unos días comentaba que me apetecía ampliar las miras del blog a más temas que me apasionan, a parte de la lectura.
Y uno de esos temas es la cocina. No soy ninguna experta, ni tengo especial mano con esto o con lo otro. Pero sí que me gusta ponerme a trastear entre cacharros y hacer alguna que otra receta que ni es muy elaborada, ni requiere especial pericia culinaria.
Una de las recetas de postres que más me gusta hacer, porque es muy sencilla y suele gustar mucho a todo el mundo, es la Tarta de Tres Chocolates.
Así que si os interesa saber cómo la hago yo, pues sólo tenéis que dedicar unos minutillos y seguir leyendo.
Esta receta debo decir que me la dio mi tía hace ya unos años. Así que todos los créditos a mi tía Hita. Vamos allá:
Ingredientes
Para la base: galletas tipo Digestive o María (las que os dé la gana) y mantequilla
750 ml. de leche
750 ml. de nata
150 gr. chocolate negro
150 gr. chocolate con leche
150 gr. chocolate blanco
3 sobres de cuajada
Elaboración
-Para la base debo reconocer que no sigo unas cantidades predeterminadas, suelo hacerlo a ojo porque es una base que utilizo en varias recetas y en diferentes moldes. Así que me guío más por la costumbre que otra cosa. En este caso medí las cantidades que utilicé para daros un ejemplo y fueron 200 gr. de galletas Digestive trituradas y 70-80 gr. de mantequilla fundida en el microondas. Repito que más o menos. Se mezcla todo y se extiende en la base del molde de manera uniforme (olvidé sacar foto del resultado, mil perdones). Y mientras preparo la tarta dejo el molde con la base en la nevera para que se endurezca.
-Para la tarta en sí en un cazo/tartera mediana calentamos 250 ml. de nata y 250 ml. de leche. Sin necesidad de que hierva. Añadimos 150 gr. de chocolate negro (a mí últimamente me gusta dejar el chocolate blanco por encima, pero el orden de factores no altera el producto, así que podéis hacer las capas en el orden que os salga de dentro). Y removemos hasta que el chocolate esté fundido. Entonces añadimos un sobre de cuajada y con unas barillas removemos de forma constante para que se disuelva bien el contenido del sobre. Sin agobios vamos removiendo durante 5-7 minutos. No debe hervir, así que yo os recomiendo que lo hagáis a fuego suave.
-Pasados los 5-7 minutos sacamos el molde con la base de galleta de la nevera y reposando una cuchara o una lengua en el borde del molde vertemos el chocolate sobre ella para que no caiga directamente en la galleta y haga algún tipo de estropicio. Una vez con esa capa de chocolate en el molde, lo devolvemos a la nevera y seguimos con la siguiente. En mi caso la de chocolate con leche.
-El proceso es exactamente el mismo: calentamos 250 ml. de leche y 250 ml. de nata y añadimos 150 gr. de chocolate con leche troceado. Mezclamos hasta que se disuelva y añadimos el sobre de cuajada. Removemos de forma constante durante 5-7 minutos y volvemos a sacar el molde de la nevera.
-Aquí debemos detenernos un momento y, antes de verter el contenido del chocolate con leche sobre el chocolate negro ya un poco cuajado, vamos a ayudarnos de un tenedor y suavemente rallar la superficie de esa capa de chocolate negro. Sin miedo. No hace falta clavar mucho el tenedor ni mucho menos. Con suavidad rallamos toda la superficie. Creo que se aprecia bien en la foto. Y una vez hecho esto, nos ayudamos otra vez de una cuchara o una lengua y volcamos sobre ella el contenido del chocolate con leche en el molde. Y devolvemos a la nevera.
-A por la última capa: de nuevo calentamos 250 ml. de nata y 250 ml. de leche y añadimos 150 gr. de chocolate blanco troceado. Una vez bien mezclado, añadimos el sobre de cuajada y removemos durante 5-7 minutos hasta que esté disuelto. Sacamos el molde de la nevera y con el tenedor rallamos la superficie del chocolate con leche de la misma manera que habíamos hecho antes con la anterior. Nos ayudamos de una cuchara o una lengua y volcamos sobre ella el contenido del chocolate blanco. Y a la nevera.
-Ésta es una tarta que yo suelo hacer de un día para otro. Así que al día siguiente la saco de la nevera y rallo por encima un poco de chocolate negro o chocolate con leche a modo de decoración. Y listo. ¡A comer!
¡Espero que os haya gustado y si, alguien se anima a prepararla, que me cuente qué tal el resultado!
Nota: veréis que no añado nada de azúcar en ninguna de las capas de chocolate porque, como dije anteriormente, esta receta me la dio mi tía y a ninguna de las dos nos gustan los postres especialmente empalagosos. Para mi gusto, el amargor del chocolate negro lo compensan ya las otras dos capas de chocolate y por ello no añado azúcar.
¡Hasta la próxima!
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