Autor: Hannah Kent
Editorial: Alba
Fecha de publicación: 2013 (2014 en España)
Páginas: 366
Mi puntuación: ★★★★☆
Sinopsis:
La atmósfera que crea la autora y que deja ver todo el trabajo de investigación y documentación que hay detrás.
La cantidad de sentimientos que remueve.
El estilo narrativo de Hannah Kent.
La edición de Alba Editorial.
Sinopsis:
Basada en la historia real de la última mujer decapitada en Islandia, acusada del brutal asesinato de dos hombres, Ritos funerarios es una novela de suspense y de pasiones íntimas con el trasfondo del paisaje helado de la Islandia del siglo XIX. Agnes, mientras espera la hora de su ejecución, es confinada en la granja de un matrimonio y de sus dos hijas. Horrorizada, la familia ni siquiera quiere hablar con ella. Tan solo el joven ayudante de un pastor intenta comprenderla y salvar su alma. A medida que sus conversaciones progresan y el invierno deja su huella, el dilema se afianza: ¿fue Agnes culpable o no de los terribles hechos de que la acusan?
Opinión personal:
Me gustaría empezar esta reseña haciendo un breve comentario respecto al libro físico en sí mismo. Es la primera vez que tengo en mis manos una edición de Alba Editorial y me he quedado prendada de la calidad del papel. No quiero pintar las cosas cómo no son porque no deja de ser una novela en rústica sin mayores alharacas, pero me podría pasar la tarde acariciando sus páginas como si de un gatito se tratase. De verdad, si en un futuro cercano o lejano me veo en la necesidad de hacerme con algún título que esté publicado por varias editoriales y Alba es una de ellas, me iré a por esta última de cabeza.
Dicho esto, pasemos al lío...
Ritos funerarios se convirtió en un título que deseaba fervientemente leer debido a los muchos y muy buenos comentarios que escuché sobre él en diferentes canales de Youtube. Era tal la pasión y admiración que desprendían diferentes lectoras al respecto de este libro que era inevitable que despertase mi curiosidad.
Llegué a la novela de Hannah Kent con las expectativas muy altas después de lo comentado con anterioridad y el resultado fue el descubrimiento de una historia que no pudo gustarme más.
Como habréis podido leer en la sinopsis, el libro versa sobre la última mujer que fue decapitada en Islandia.
Agnes, nuestra protagonista, ejercerá a las veces de narradora de esta historia junto a un narrador omnisciente que nos relatará las partes que no están contadas por la propia Agnes. No recuerdo haber leído, al menos no en los últimos años, un libro que entremezclase de esta manera dos voces narrativas en primera y tercera persona y se me ha hecho muy enriquecedor porque por un lado podemos descubrir a los personajes desde un prisma más neutral y por otro, pasar a verlos desde la perspectiva de Agnes y con todos los matices con que ella los percibe. Pero tanto a los personajes como a los diversos acontecimientos que se suceden.
La novela narra, a través de toda la documentación que ha conseguido recabar su autora, el recorrido vital de Agnes desde el momento en que está encerrada, ya habiendo sido acusada por asesinato, hasta el momento en el que le exigirán que cumpla su pena. En ese margen de tiempo que abarcará varias estaciones viajaremos con la protagonista del lugar donde está recluida al que será su último domicilio, una granja de Kornsá donde tendrá que convivir con una familia de granjeros.
Una vez en Kornsá comienza la interacción de Agnes con otros personajes: el matrimonio de granjeros y sus dos hijas, así como con el reverendo encargado de salvar su alma. Poco a poco iremos viendo como la protagonista comienza a abrirse y a hacernos partícipes de su historia. Así iremos viajando al pasado de Agnes, al más lejano y al más cercano, hasta descubrir qué es lo que sucedió realmente y qué la llevó a estar acusada de asesinato junto a otras dos personas.
El ritmo de la historia es bastante sosegado y da lugar a una novela de esas que a mí me gusta leer de a poquito, para disfrutar de todas y cada una de las partes y sus matices. Además de que el estilo narrativo de Hannah Kent se me ha hecho muy evocador y muy cuidado a la hora de trasladarnos a la Islandia de comienzos del siglo XIX que, en mi opinión, queda reflejada de una forma muy visual y que, cada vez que abría el libro, hacía que viajara a un paraje marcado por una atmósfera de tonos grises, con un clima crudo y una ambientación hasta cierto punto incluso opresiva, muy acorde a los sentimientos que despierta una historia como la relatada por un personaje sentenciado como lo está Agnes.
A lo largo de los meses que Agnes vive en Kornsá somos testigos de su influencia en el resto de personajes, cómo varía su postura respecto a ella y cómo ella consigue ir abriéndose a ellos.
No es un libro que se caracterice por su acción o sus giros argumentales, sino que consigue atraparte a través de lo intimista que resulta la historia de Agnes y de los sentimientos que provoca, en varias ocasiones hasta un punto descorazonador.
¿Qué no me ha gustado?
No tengo nada que destacar. La única razón por la que no se lleva el 5/5 es que sólo se lo doy a los que se van de cabeza a mi lista de favoritos. Me he vuelto exigente con la nota máxima.
¿Qué es lo que más me ha gustado?
Lo intimista de la historia de Agnes.La atmósfera que crea la autora y que deja ver todo el trabajo de investigación y documentación que hay detrás.
La cantidad de sentimientos que remueve.
El estilo narrativo de Hannah Kent.
La edición de Alba Editorial.
★★★★☆
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