¡Hola!
Después de que el mes pasado me quedase sin publicar la entrada de El Retorno del Rey en la sección Releyendo, no quería que en julio me sucediese lo mismo, así que, aquí está.
Durante estas últimas semanas me está costando un poco ponerme a leer y disfrutarlo plenamente. Llamémoslo bache lector, aburrimiento o lo que sea. La cuestión es que lo que estaba leyendo no terminaba de engancharme y la mayor parte del tiempo libre se lo estaban quedando varias series de televisión.
En una de estas que me apeteció ponerme una película cayó la versión española de Tres metros sobre el cielo y después de volver a verla me entraron unas ganas increíbles por releerme los dos libros de Federico Moccia que tienen como protagonista a Step (Hache en la gran pantalla).
ALERTA DE SPOILERS A PARTIR DE AQUÍ
Había leído este libro un tiempo antes de que la película fuese estrenada y reconozco que, cuando se estrenó, me gustó mucho la adaptación que hicieron. En algunas cosas me quedo evidentemente con el libro pero hay otras, cómo la evolución de la relación a partir del momento noviazgo, que creo que está mejor desarrollada en la gran pantalla. Con mucha más profundidad y crecimiento de los personajes.
A la par que vamos conociendo más en profundidad a los dos protagonistas principales también vamos descubriendo a su entorno ya que Moccia acostumbra a dedicar también su espacio a los secundarios que enriquecen la vida de los protagónicos. En esta ocasión tenemos en segundo plano a los respectivos mejores amigos de Step y Babi: Pollo y Pallina. Dos jóvenes que, incluso antes que los dos anteriores, acabarán cayendo en las redes del amor y descubriendo lo cruel que puede llegar a ser la vida en ocasiones, por muy joven e invencible que se sienta uno.
De la misma manera también hay espacio para conocer y descubrir la vida familiar tanto de Babi como de Step. En el caso de la joven conocemos a la atolondrada de su hermana menor y a sus padres. El paisaje familiar que rodea a Babi parece perfecto: dinero, padres casados y con una rica vida social, estudios en un colegio privilegiado... Pero Moccia nos presenta también situaciones en las que esa vida familiar quizá no sea tan idílica como parece.
Por otro lado tenemos a Step y sus flashbacks aclaratorios del cambio que experimentó el joven después de ser víctima de un grupo de jóvenes que le dieron una paliza y, sobre todo, después de haber descubierto que su madre engañaba a su padre con un vecino. En ese momento en que Step pierde los papeles por completo y devuelve todos y cada uno de los golpes que la vida le dio en su momento: por un lado, a los mismos jóvenes que le atacaron a él y, por otro, a ese vecino que tenía un idilio con su madre. En este último caso es tan descarnada la paliza que Step acaba siendo acusado y, más allá de entrar en defensa de su hijo para decir por qué le pegó de esa manera a su vecino, su madre, para no ser descubierta en su infidelidad, decide callar y aseverar que desconoce los motivos por los que a su hijo se le fue la mano de esa manera con el vecino del piso de enfrente.
En cuanto a la relación principal hay muchas cosas que diferencia y pone distancia entre los protagonistas y, al contrario que en otras historias idílicas entre adolescentes, Federico Moccia no se corta un pelo a la hora de crear situaciones en las que es sencillo comprender que Babi y Step están destinados a no entenderse, por muy enamorados que puedan estar.
Ese sabor realista, pesimista para algunos, quizá sea de lo que más me gusta del libro. Esa pasión desmedida del primer amor a veces no es más que eso, la primera. Y, aunque te marque para toda la vida, a veces hay personas que evolucionan más que otras dentro de una relación y eso es lo que les sucede a Step y Babi. A veces, uno de los dos termina quedándose atrás. Y cuando la vida te da golpes como el de Pollo también hay ocasiones en que una persona decide afrontarlo rindiéndose al sufrimiento mientras que otras creen que poniendo distancia todo se solucionará y quedará superado.
Como libro me enganchó y me atrapó y me hizo sentir como prácticamente ningún otro. En su día fue un grandísimo descubrimiento. Pero sí que, después de esta relectura, he notado que hay ciertas sensaciones que, como la primera vez, no se vuelven a sentir. Porque, aunque me entretuvo mucho y me devolvió esas ganas de leer que había perdido estas semanas, no me despertó ese sentir desmedido de la primera vez que lo leí.
Pronto caerá Tengo ganas de ti. Seguro.
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